En MCSEstamos llenos de gratitud a Dios al celebrar la conclusión de nuestro evento anual de Campamentos y retiros cristianos. Estos acontecimientos especiales nos han recordado una vez más la bondad y la fidelidad de nuestro Señor en cada estación.

A lo largo de estos días, nuestros alumnos fueron invitados a un entorno de reflexión, crecimiento y profundo compromiso espiritual. Uno de los temas centrales explorados fue identidad en Cristo-un mensaje fundamental para nuestra misión como institución educativa cristiana. A través de enseñanzas bíblicas, adoración y devocionales guiados, se animó a los estudiantes a reflexionar sobre la verdad inmutable de quiénes son a los ojos de Dios, y cómo construir una identidad fuerte y centrada en Cristo en medio del ruido del mundo.

También hubo momentos fuertes de arrepentimiento, perdón y reconciliación-no sólo entre los individuos y Dios, sino también entre los compañeros de clase. Fuimos testigos de cómo los alumnos se humillaban, buscaban sanación y restablecían relaciones rotas por la gracia de Jesucristo. Estos casos fueron profundos recordatorios del poder transformador del Evangelio.

Más allá de la profundidad espiritual, los estudiantes disfrutaron de una variedad de actividades desafiantes y estimulantes que fomentaron la resiliencia, el trabajo en equipo y la alegría. Desde experiencias llenas de adrenalina como "Reto Selva" y el "Cuerdas Altas" (High Ropes Course), a enérgicas competiciones por equipos y juegos recreativos, los alumnos salieron de su zona de confort, aprendiendo el valor de la perseverancia, la confianza y la colaboración, todo ello divirtiéndose mucho.

Estos campamentos y retiros no son meros eventos en nuestro calendario; están profundamente alineados con la corazón de nuestra misión y visión como escuela. Creemos en la educación holística, una educación que nutra la mente, cuerpo y espírituy que prepara a nuestros alumnos para vivir su fe con valentía, integridad y convicción.

Damos gracias a Dios por cada momento, cada testimonio y cada vida tocada. Como comunidad, nos regocijamos en lo que Él ha hecho y esperamos con esperanza y expectación lo que Él continuará haciendo en y a través de las vidas de nuestros estudiantes.

A Dios sea la gloria, ahora y siempre.

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