NUESTRA HISTORIA

Historia

MCS, originalmente llamado Colegio Monterrey, fue fundado y abrió sus operaciones en 1956. A mediados de 1955 un grupo de líderes de la iglesia evangélica costarricense y padres de familia, incluyendo algunos misioneros extranjeros, se reunieron para plantear la posibilidad de abrir un centro educativo con fundamento evangélico, donde sus hijos pudieran recibir una educación de calidad en un ambiente sano, regido por principios cristianos y donde además se inculcaran los valores culturales y cívicos más importantes de nuestro país.

Era una época en que las familias evangélicas no eran bien vistas debido a una fuerte cultura de religiosidad nacional. Hubo muchos momentos difíciles, pero también muchos testimonios de la forma milagrosa en que Dios utilizó el trabajo voluntario de muchos, las donaciones de personas motivadas y el trabajo profesional de costarricenses y algunos misioneros que siempre trabajaron como un solo cuerpo.

La iniciativa no se quedó en palabras ni en sueños. Después de ocho meses de realizar actividades para recaudar los primeros fondos, estos pioneros y otros líderes vieron coronados sus esfuerzos con la compra de un terreno ubicado en lo que antes se llamaba la colonia Monterrey de Montes de Oca. Se nombró un comité técnico encargado del programa educativo basado en la excelencia académica y se acordó iniciar con terreno y edificio propio, construido en 10 semanas donde hoy se ubica la sección secundaria.

El 9 de agosto de 1955, se recibió la primera donación del Hospital Clínica Bíblica por 2.7 millones de colones (unos 750 mil dólares de la época) como resultado de un porcentaje de los excedentes de varios meses atrás, destinados a la obra. de infraestructura. Se definió un presupuesto para el mobiliario de cinco mil colones (unos $1.390).

Desde el primer año, se nombró un Consejo Directivo como máxima autoridad con representación de LAM, AIBC (asociación de Iglesias Bíblicas de Costa Rica) y el Templo Bíblico, una iglesia sólida y de prestigio en el país. La Misión Latinoamericana, satisfecha con el funcionamiento y la orientación ministerial de la SCV, decidió transferir la representación legal, los bienes y la responsabilidad operativa en 1981 a una nueva asociación creada por costarricenses. Esta entidad se denominó Asociación Cultural Monterrey en honor al lugar donde el ministerio abrió sus puertas: Barrio Monterrey, Distrito Vargas Araya de Antón Montes de Oca, provincia de San José. No es sino hasta el 2018 que el Colegio Monterrey cambia oficialmente su nombre ante el Ministerio de Educación Pública, por el actual Monterrey Christian School debido al énfasis en una oferta educativa cristiana y el carácter de centro educativo bilingüe.

Como cristianos comprometidos desde el principio, nos nutrimos de la Palabra de Dios. En las Escrituras y en la oración se nos enseña y advierte de los signos fundamentales de los tiempos que vivimos, con la intención de hacer de nosotros una comunidad relevante para los planes y la agenda de Dios. Por eso debemos estar vigilantes y apreciar cómo hay signos cada vez más claros de que estamos viviendo los últimos tiempos de la humanidad. Esto da un sentido diferente de urgencia al trabajo y a la visión estratégica de lo que hacemos.

La formación educativa de niños y jóvenes es el espacio de preparación más vital para el cumplimiento de la agenda de Dios, después del trabajo y la responsabilidad familiar. Por esta razón, debemos esperar siempre que nuestro trabajo de impacto sea constantemente atacado por el destructor, el enemigo, que quiere irrumpir y obstaculizar lo que hacemos.

Los fundadores del Colegio Monterrey pensaron en crear no sólo una Institución Evangélica, sino en brindar a los niños y jóvenes una buena educación en todos los ámbitos, prueba de ello es el lema que eligieron: "El más alto ejemplo en todo", aspiración que aún se mantiene, convirtiéndose en un reto para alumnos y funcionarios que, como hijos de Dios, siguen su máxima: "Todo lo que hagáis, sea de hecho o de palabra, hacedlo todo para la gloria de Dios" (Colosenses 3:17).

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